Social Sh*t Calendar y la realidad de los community managers

«La West Highway Langdon University confirma que el 90% de los Social Media del mundo no confía en que sus contenidos sean atendidos por los usuarios. El otro 10% aún conserva la esperanza porque acaban de empezar a trabajar en comunicación». Así empieza la comunicación que ha lanzado la agencia Factor Ñ para dar a conocer el «Social Sh*t Calendar«.

En realidad, es un dato inventado, así como la propia universidad.  Se trata de una especie de «anticalendario», puesto que huye de las frases motivadoras y positivas. Lo que busca es mostrar el día a día de los community managers con un tono divertido y cercano.

Desde la errata que les persigue durante eones por escribir con prisas hasta las preguntas sencillas que pueden responder los usuarios con un solo clic sin más esfuerzo o las personas que comentan un «hola» y ya. El «Social Sh*t Calendar» recoge todos esos pensamientos que pasan por la cabeza de los community managers y social media planners a diario.

Bajo esa premisa, la agencia Factor Ñ ha ideado, ilustrado y programado más de 365 copy que repasan situaciones cotidianas a las que se enfrentan todos los trabajadores en redes sociales. Las ilustraciones tampoco faltan para plasmar momentos como cuando el cliente decide saltarse los calendarios de organización y publicar lo que les apetece sin consultarlo con nadie, desbaratándolo todo.

«Social Sh*t Calendar» refleja situaciones cotidianas de los equipos de social media

«Social Sh*t es una social sheet calendar con más de shit que de sheet. O lo que es lo mismo, un calendario gracias al que las personas que trabajan en social media, más que organizarse, se regocijan y se sienten menos solas», dicen desde la compañía.

Todo surgió con Marta Lanzas, que lleva la comunicación y la estrategia de Factor Ñ. Al compartir una anécdota con una compañera, se dieron cuenta de que existía una necesidad de crear un anticalendario para reírse de las rutinas.

La compañera en cuestión era Palo Zamora, con quien empezó a darle forma al proyecto. La tecera integrante era Marga Dorao, quien está convencida de que este calendario «se acabará convirtiendo en una herramienta fundamental para la prevención de catástrofes».

«En mi caso había trabajado mucho en comunicación, pero no tanto en redes sociales. Me ha impactado mucho, qué digo mucho, ¡muchísimo! La nula capacidad lectora del personal. Y de la educación y las faltas de ortografía mejor no hablo, porque me deprimo», concluye.