Peculiaridades de la aplicación de imágenes de satélite en el mercado

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En lo que respecta a la seguridad y defensa, las imágenes de alta resolución permiten vigilar cientos de kilómetros de frontera sin tener a nadie físicamente presente en el lugar.

En los últimos años, los satélites han ganado mucha importancia en el día a día de las personas y las empresas, y no es para menos. Son una pieza clave de la infraestructura que mueve el mundo, pues las imágenes satelitales y otros datos obtenidos mediante ellos forman parte de las herramientas que usan habitualmente empresas de telecomunicaciones, agencias gubernamentales y empresas de múltiples sectores.

Los usos que se les puede dar a estas imágenes y datos dependen del objetivo que se persigue, pero son comúnmente utilizados para cartografía, gestión de recursos, planificación y desarrollo urbano o previsión y gestión de catástrofes naturales. La creciente demanda de imágenes en sectores como geología, minería o defensa y fuerzas armadas impulsa el crecimiento del mercado y abre el camino para su uso en otros sectores, así como nuevas formas de utilización de estos datos.

El mercado de las imágenes de satélite

Al igual que otras herramientas, como las redes sociales, las tendencias en este mercado están fuertemente influenciadas por lo que sucede en el mundo. Sin retroceder mucho la vista, la pandemia de COVID-19 o el incidente en el canal de Suez han puesto de relieve la necesidad de realizar un seguimiento mucho más activo de la cadena de suministro y de los vehículos que forman parte de ella. En la actualidad hay 2 temas que despiertan un mayor interés general y que tienen en las imágenes satelitales un vital aliado: el cambio climático, especialmente en lo que respecta a degradación del medio ambiente y las catástrofes naturales, y seguridad y defensa, a raíz de las crecientes tensiones geopolíticas existentes en el globo.

En lo que respecta a la seguridad y defensa, las imágenes de alta resolución permiten vigilar cientos de kilómetros de frontera sin tener a nadie físicamente presente en el lugar; planificar futuras misiones antes de que los soldados estén sobre el terreno; monitorizar manifestaciones, revueltas o eventos con una gran cantidad de espectadores o evaluar el nivel de amenaza terrorista en espacios públicos o infraestructuras críticas. La continua necesidad de obtener más y mejor información en aras de salvar vidas, mantener la estabilidad económica de la región o país y proteger los puntos estratégicos ha sido el motor principal de este mercado desde sus inicios.   

Sin embargo, estos no son los únicos sectores donde su uso es frecuente. La agricultura mundial ha sufrido una revolución desde el uso de imágenes de satélite, hasta el punto de ser prácticamente imprescindibles. A la posibilidad de conocer el estado de los cultivos a distancia o la salud del suelo, obtener la previsión meteorológica con la que planificar las actividades de campo o predecir la producción agrícola de una región entera se le suma la necesidad de adecuar la agricultura a técnicas que respeten el medio ambiente aumentando el rendimiento en un mundo en que la población mundial no deja de crecer y la escasez de alimentos es un problema todavía por resolver en muchos lugares. Otros sectores como el de la minería usan imágenes para evaluar la actividad en zonas remotas y/o con baja conexión y para supervisar la posición y uso de la maquinaria pesada.

La inclusión de tecnología avanzada, como el GPS o el LIDAR y el uso de Inteligencia Artificial han contribuido de forma positiva a esta implementación, así como la posibilidad de adquirir imágenes de forma mucho más rápida y sencilla que hace unos pocos años. Asimismo, los avances en digitalización y comunicaciones, como el Internet de las Cosas (IoT) permite que los datos satelitales puedan ser fácilmente incorporados a otros dispositivos.

Debido a este nuevo paradigma, el mercado se enfrenta a como comercializar los datos espaciales. El coste de fabricar y poner en órbita un satélite que proporcione los datos necesarios para llevar a cabo la actividad comercial es inasumible para prácticamente la totalidad de las empresas del mundo, por ello el modelo que se está imponiendo es el de “satélite como servicio” (SataaS). Este modelo de suscripción permite alquilar uno o varios satélites de forma temporal para obtener los datos del lugar y en la fecha requeridos, ya que los satélites comerciales no cubren todos los lugares del planeta con la misma regularidad.

Mirando hacia el futuro

La capacidad de los satélites modernos para capturar imágenes cada vez más nítidas, sin importar el momento o el lugar del planeta, es cada vez mayor, lo que se traduce en una mayor demanda de estas. Lo que antes era tecnología reservada para los gobiernos y sus ejércitos ahora es fácilmente accesible para diversos fines comerciales y científicos.

Desde captar la devastación producida por un volcán o un tornado hasta monitorizar una explotación agrícola, pasando por detectar tala o pesca ilegal o la vigilancia de fronteras, su peso en la gestión empresarial será incluso mayor en el futuro.

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