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Se ha hecho conocido por sus campañas y sus posts, pero Putos Modernos empezó en un sótano, por un grafiti y triunfa en China con sus productos.
Hay quienes conocerán a Putos Modernos por sus publicaciones en redes sociales y por sus campañas. Pero no son tantas las personas que saben que esta firma ha construido un fuerte alrededor de la venta de productos y que, de hecho, empezó a hacerse conocida a raíz de este pilar. Las mentes que dirigen este barco, Joan Alvares y Jorge Sandúa, han explicado en la sexta edición de Marketing Rocks cómo nació la compañía y cómo llegaron a hacerse conocidos.
Todo proyecto comienza con un nombre y, en el caso de este, surgió mientras Sandúa paseaba por las calles de Barcelona y vio una pintada en la pared en la que ponía «Putos Modernos». Fue en ese momento cuando se le encendió la bombilla y vio que tenía que utilizarlo, aunque en aquel entonces sirvió para decorar camisetas bajo el título de PMGrafika.
Después, mientras Alvares y Sandúa trabajaban en un coworking, se les ocurrió hacer un calendario diferente, en el que cada mes fuera un «puto» diferente, como el Black Friday y demás fechas señaladas. Sin quererlo ni beberlo, se hicieron virales y empezaron a recibir solicitudes de este artículo, cuando, en realidad, solamente habían hecho 50. Tuvieron que ponerse manos a la obra para intentar buscar proveedores y distribuidores.
No fue un camino fácil, puesto que se enfrentaron a pérdidas de pedidos, falta de stock y a tener que trabajar desde el sótano de un coworking. «Aprendimos a base de palos», asegura Jorge, quien señala que en ese momento pensaba que acabarían en la cárcel como no pudieran dar a los clientes todos los calendarios que estaban pidiendo.
Los productos de Putos Modernos: la faceta desconocida de la firma
Este primer producto se hizo viral «de forma casual», explica Joan, y se dieron cuenta de que no tenían ningún plan más para continuar con lo que habían arrancado. Era la hora de volver causal, y por eso llegó la «Puta Agenda del Autónomo». «Le quitamos todo los accesorios, las frases motivacionales, los días festivos… y pusimos sobres para desgravar, las fechas fiscales o los insultos al gestor», explica.
Más adelante llegó el «Puto Calendario del Autónomo». Asimismo, lanzaron el «Hazte rico, vende humo», un «manual de estafa» dirigido a que las personas que quieran convertirse en gurús y en «sus propios jefes» sepan qué pasos deben dar. «Fuimos durante seis semanas número 1 en ventas en la categoría que queríamos, emprendimiento y autoayuda», afirma Joan con ironía.
«Mucha gente no sabe que vendemos productos. De hecho, vendemos mucho más en Francia que en España. Mucha gente nos conoce porque hacemos posts y creen que solo hacemos eso», apunta Jorge. «Un día dijimos, ¿por qué no sacamos un post y lo ponemos en medio de la calle a ver qué pasa?», continúa.
Sus campañas señaladas
Y así comenzaron a tomar forma muchas campañas que vendrían después, inspiradas en esa irreverencia que tanto caracteriza a la publicidad firmada por Putos Modernos.
En diciembre, vio la luz una campaña navideña de Pepsi MAX en la que se autocoronaban como «los reyes» y en la que hacían referencia a sus principales competidores, Coca-Cola. «Santa Claus se lo quedó la competencia. Igual es su forma de decir que los reyes somos nosotros«, rezaba uno de los carteles.
Por otro lado, Cabify lanzó una campaña con Putos Modernos en la que la empresa se anunciaba en los autobuses para apoyar otras opciones de movilidad que no fueran los coches particulares.
Con las de Pompeii y Beefeater recurrieron a tópicos y estereotipos para buscar el humor y que la gente que lo viera pudiera sentirse identificada.
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