La crisis en Ucrania provoca una guerra mediática entre Alemania y Rusia

La hostilidades entre Rusia y Estados Unidos y sus aliados a cuenta de Ucrania ha traspasado la frontera de la política para meterse de lleno también en los medios. La gota que colmó el vaso se produjo ayer, cuando Rusia ordenó la clausura de la oficina local de la cadena internacional alemana Deutsche Welle como respuesta al veto del canal ruso RT en tierras germanas.

Esta inusitada medida, que lleva el sello del Ministerio de Exteriores de Rusia, es la primera de estas características que se emprende en territorio ruso contra un gran medio de comunicación occidental desde que se disolvió la Unión Soviética. Como telón de fondo está la crisis entre el Kremlim y Occidente por la situación en Ucrania, que teme una invasión por parte de Moscú.

Pese a que los últimos veinte años 20 Vladimir Putin ha tomado paulatinamente el control de los medios rusos, no había osado atacar hasta ahora a los medios extranjeros. No obstante, en los últimos años las relaciones entre Moscú y Occidente se han deteriorado notablemente. Y en 2021 Rusia ya dio cuenta de un actitud claramente más beligerante hacia los medios occidentales con la expulsión de un periodista de la BBC y un reportero holandés.

En comunicado emitido ayer el Ministerio de Exteriores ruso detalla que las medidas de represalia incluyen el «cierre de la oficina local» de Deutsche Welle, la «retirada de la acreditación a todos los empleados» y «la interrupción de las emisiones» en territorio ruso.

Rusia y Alemania se han enzarzado en bronca batalla de reproches a cuenta del cierre de Deutsche Welle y el veto de RT

La diplomacia rusa ha iniciado además un proceso para endilgar a Deutsche Welle la calificación de «agente extranjero», una nomenclatura que en la actualidad se aplica a diversos medios rusos críticos como el Gobierno. El Ministerio de Exteriores planea asimismo sanciones contra «representantes de estructuras estatales y públicas alemanas implicadas en la restricción de la emisión de RT».

Peter Limbourg, presidente de Deutsche Welle, tilda las medidas emprendidas contra la cadena de «incomprensibles y excesivas». Y pese al cierre de su oficina local en Rusia, la cadena asegura que va a protestar contra es «reacción absurda» y «reforzar la cobertura» desde el país euroasiático.

También Claudia Roth, la ministra teutona de Cultura y de Medios, ha calificado la decisión del Kremlin de «inaceptable» y ha recalcado que la situación de RT y Deutsche Welle no es en modo alguno comparable porque la primera operaba en Alemania sin licencia. «Yo le hago un llamamiento a Rusia a que no explote el problema de las licencias de RT con fines políticos», dice Roth.

Por su parte, Dimitri Peskov, portavoz del Ejecutivo ruso, insiste en que la prohibición de RT en Alemania constituye un «ataque a la libertad de expresión». El pasado miércoles el órgano regulador germano vetó las emisiones en alemán de la cadena rusa RT tanto en su web como en una app móvil. Sus emisiones por satélite fueron ya paralizadas en diciembre por las autoridades teutonas.

El órgano regulador alemán asegura que RT ni tenía ni había solicitado la autorización necesaria para emitir en Alemania, pero desde Rusia insisten en que detrás de la prohibición de la cadena rusa hay «motivaciones políticas».

RT, que vio la luz en 2005 con el nombre de Russia Today, es un medio financiado por el Kremlin que emite a lo largo y ancho del globo en varios idiomas, entre ellos el español.