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El Gobierno británico ha anunciado que pondrá punto y final en 2027 a la tasa que financiaba hasta la fecha a la corporación pública BBC.
Cambios de muchísima envergadura se avecinan en la veterana cadena británica BBC. El Gobierno británico ha anunciado que pondrá punto y final en 2027 a la tasa ad hoc mediante la cual financiaba hasta la fecha la corporación pública. En este sentido, la BBC podría tener recurrir a las suscripciones o a una eventual privatización parcial para financiarse en los años venideros.
El ejecutivo liderado por Boris Johnson congelará la tasa que financia la BBC durante los próximos dos años antes de erradicarla por completo en 2027. De esta forma, en 2022 y en 2023 los espectadores de la BBC deberán abonar 159 libras (alrededor de 190 euros) para poder contemplar los programas de la cadena pública. Durante los tres años siguientes esta tarifa subirá ligeramente y en 2027 será suprimida de manera definitiva.
Quedarse huérfana de la tasa que la ha financiado durante tantísimo tiempo pone a la BBC en severos aprietos financieros. La cadena pública británica y quienes se muestran especialmente críticos con la decisión del Gobierno de Reino Unido temen que el cambio en su modelo de financiación podría traducirse en el recorte de producciones de calidad, en tijeretazos de personal y en el cierre de algunos canales.
La BBC podría tener que recurrir a las suscripciones o a la privatización parcial para financiarse
Aunque el anuncio del Ejecutivo británico ha caído como una bomba en la BBC, lo cierto es que los diferentes gobiernos conservadores que han desfilado por Downing Street llevan discutiendo desde 2010 sobre el actual modelo de financiación del servicio público de radio y televisión.
En los años venideros la BBC deberá mirarse en el espejo de Netflix o YouTube y financiarse mediante un nuevo modelo que echará necesariamente raíces en la suscripción y la privatización (al menos de naturaleza parcial).
Los medios británicos contemplan el anuncio del final de la tasa de la BBC como una medida especialmente diseñada para procurar un poco de oxígeno a Boris Johnson, asfixiado por una profundísima crisis de credibilidad a cuenta de las controvertidas fiestas que se celebraron en Downing Street durante el confinamiento solapado a la pandemia.
Muchos temen además que la BBC se quedará sin capacidad de informar de manera crítica e independiente sobre el actual Ejecutivo conservador en vista de las durísimas negociaciones que se avecinan para discutir sobre el nuevo modelo de financiación de la corporación pública.
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