El influencer marketing se cura del empacho provocado por el fraude

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El fraude, que perseguía otrora como una mala sombra al influencer marketing en Instagram, está dando cada vez más síntomas de debilidad.

El influencer marketing marcha viento en popa a toda vela y parece aún muy lejos de haber tocado techo. No en vano, en 2025 este mercado tendrá un valor de 22.200 millones de dólares, frente a los 13.800 millones de dólares que generó este ámbito de actividad en 2021. Así se desprende de un reciente estudio de HypeAuditor.

A la pujanza del marketing de influencia en el que es sin duda uno de sus grandes bastiones (Instagram) contribuirán factores como el social commerce (que no para de pegar el estirón), el viraje de los presupuestos publicitarios hacia los canales digitales, la creciente adopción de sofotware enfocado al «ad blocking» y las actualizaciones en Reels.

El fraude, que perseguía otrora como una mala sombra al influencer marketing en Instagram, está además dando cada vez más síntomas de debilidad (para alegría de las marcas que se cuelgan del brazo de los prescriptores). El año pasado los casos de fraude se desplomaron en la filial de Meta un 6,7% con respecto 2020 y un 14,3% con respecto a 2019.

Así y todo, y pese a las cifras de fraude a la baja, en más de la mitad de los influencers colocados bajo la lupa por HypeAuditor planea la sospecha del fraude (con tácticas como la compra de «likes» y «followers» y el uso de «comment pods»).

El informe de HypeAuditor sugiere que las medidas acometidas por Instagram para atajar el fraude junto con la disposición de los propios influenercers a desembarazarse de tácticas potencialmente fraudulentas han repercutido de manera efectiva en la merma de las cifras de fraude en la red social.

Los nanoinfluencers y los microinfluencers son los grupos más numerosos de prescriptores en Instagram

Alexander Frolov, CEO y cofundador de HypeAuditor, aconseja a las marcas posar la mirada en los perfiles de influencers veteranos y asegurarse de que estos tienen a su vera comunidades de calidad con engagement verdaderamente genuino. «Esto debería ser una prioridad tanto para las marcas como para las agencias», añade.

Durante el último año las categorías de infuencers que más brotes verdes echaron en Instagram fueron la economía y las finanzas (+26,75%) y la salud y la medicina (+23,68%).

En Instagram el tipo más común de creador es el nanoinfluencer (entre 1.000 y 5.000 seguidores). El 39,54% de los prescriptores que se desenvuelven profesionalmente en la famosa red social son nanoinfluencers.

El segundo grupo más populoso de creadores en Instagram son los microinfluencers (38,57%). Estos creadores suman a sus filas entre 5.000 y 2.000 seguidores.

Los influencers de tamaño medio (entre 20.000 y 100.000 «followers») son el tercer tipo de creador más común en Instagram. El 16,84% de los prescriptores están adscritos a esta categoría.

Mucho menos minoritarios son los macroinfluencers (entre 100.000 y un millón de seguidores) y los megainfluencers y «celebrities» (más de un millón de «followers»). El 4,57% de los creadores se encuadran en el primer grupo y apenas el 0,48% en el segundo.

De media por cada dólar pagado a los influencers para realizar algún tipo de acción promocional de Instagram las marcas perciben una media de 4,98 dólares. Por cobijarse bajo la beatífica sombra de los megainfluencers las marcas pagan un mínimo de 1.200 dólares por post y se embolsan a cambio alrededor 5.133 dólares.

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