El comunicado de Publicitarios por la Academia

Las tensiones nacidas alrededor del seno de la Academia de la Publicidad continúan desde aquel manifiesto que vio la luz en septiembre. En él, un grupo de socios de la entidad, así como exsocios y Académicos de Honor, aunaron fuerzas para recoger su opinión sobre los cambios que ese órgano que representa a la industria publicitaria debería acometer a juicio de ese conjunto de personas.

Ahora nace el colectivo Publicitarios por la Academia, que persigue ese objetivo de conseguir «verse representados por una Academia de la Publicidad dispuesta a defender los intereses de su profesión, bajo los principios de independencia, integridad y transparencia», tal y como dice en el comunicado presentado.

«Los publicitarios no pueden permanecer ajenos a lo que sus órganos de gobierno transmiten a la sociedad en un entorno tan sensible como el actual, en el son frecuentes las amenazas externas, que ponen en riesgo el desarrollo futuro de una industria cada vez más encorsetada por un ansia reguladora creciente y populista, que traslada a los profesionales de la publicidad responsabilidades que no les corresponden», continúa explicando el escrito.

Según explica Publicitarios por la Academia, en el sector publicitario no existe ninguna asociación empresarial que vele, de manera específica, por los intereses particulares de los publicitarios en su conjunto. Más adelante subraya que la Academia de la Publicidad sería, según sus vigentes estatutos, «la entidad idealmente situada para defender ante la sociedad y proteger ante las instituciones a los publicitarios».

A continuación, detalla que desde el pasado mes de julio la nueva Junta Directiva se ha encargado de ejercer como máximo órgano ejecutivo de la Academia. Mientras, hace hincapié en el manifiesto de una serie de publicitarios que reclamaron diálogo a esa junta y diferentes modificaciones en los estatutos.

Publicitarios por la Academia demanda a la Academia de la Publicidad «una normativa interna más transparente»

Desde el colectivo aseguran que esto podía ayudar «en este preciso momento de cambio en el gobierno de la asociación, a mejorar su redacción actual, centrando el foco en una normativa interna más transparente que redujera los conflictos y refundase en una mayor independencia para que determinados órganos sean capaces de funcionar con más eficacia». En este sentido, ponen de ejemplo al Jurado de la Academia, «regulado hoy por un reglamento que reclama cambios con urgencia», dicen.

Luego proceden a especificar que al principio parecía que no estaba habiendo «entendimiento mutuo». No obstante, después señalan que en las últimas semanas se ha producida alguna reunión «que ha propiciado un aparente cambio de actitud».

«El presidente de la Academia a anunciado a los socios la decisión de la Junta Directiva de, al parecer escuchando la petición de los respetables firmantes del manifiesto, convocar una Asamblea General Extraordinaria en la que se anuncia que se propondrá a los socios la modificación de los estatutos. Es una buena noticia», afirman.

Sin embargo, no están del todo conformes con varios detalles de esa carta, que esperan «sean subsanados en un futuro comunicado». Uno de ellos es que carece de fecha y el segundo es la «personalización en dos socios cuando es sabido que, con independencia de quiénes hayan actuado de portavoces, el manifiesto estaba firmado por un número considerable de publicitarios».

Otro de los puntos a los que apuntan directamente es que el presidente hace «una interpretación equivocada del Artículo 45 de los vigentes estatutos». «¿Es que solo se va a permitir a los socios asistentes (muchos de los cuales participarán por delegación) a la asamblea votar ‘sí’ o ‘no’? ¿No van a poder sugerir cambios a lo que se les proponga?», se plantea en la carta.

En el comunicado piden consensuar una propuesta común para la modificación de los estatutos

Comentan que esto «es un error» y que es «subsanable». Después preguntan si no sería mejor consensuar una propuesta común con el mayor número posible de socios o, al menos, con aquellos que ya hayan manifestado su interés en la revisión de los mismos. «Porque no parece práctico que se vayan aprobando artículos que puedan resultar heterogéneos en su conjunto», recalcan.

«Nada impide a la Junta Directiva enviar su propuesta (incluso si no está consensuada) de modificación de estatutos con antelación a los quince días preceptivos (es un mínimo, no un máximo) para convocar la asamblea», siguen.

Desde Publicitarios por la Academia insisten en que les parece «mucho más sensato el consenso previo» y que la Junta Directiva debería enviar «a todos los socios un borrador de propuesta (a ser posible -que lo es-, consensuado), darle quince días para que lo estudien y lo devuelvan con sus modificaciones o alternativas, valorarlas e incluirlas», para más tarde enviar una propuesta revisada a todos los socios «para que acudan a la Asamblea General Extraordinaria bien preparados para el debate final».

«Esto sí demostraría transparencia y una conducta escrupulosa y bien intencionada ante los socios. ¿O no?», cuestionan.

«Publicitarios por la Academia (creemos que, con sentido común, naturalidad y lógica) deseamos que la Academia de la Publicidad sea independiente, íntegra y transparente. Entre otras cosas, porque queremos vernos representados en ella. Y que los miembros de sus órganos de gobierno sean personalidades de la publicidad, respetados por la mayoría, con quienes se sientan identificados y que estén libres de potenciales conflictos de intereses», explican al final del escrito.