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Corona ha inaugurado la denominada “Corona Island”, una isla privada sita en el Caribe que a lo largo del año que viene ofrecerá a los fans de su celebérrima cerveza unas beatíficas y sostenibles vacaciones en un entorno natural absolutamente única.
El universo del “branded entertainment” es cada vez más excitante. Sabedoras de que la publicidad en su vertiente más tradicional ahuyenta a un consumidor cada vez más quisquilloso con los mensajes puramente comerciales, las marcas se están cobijando bajo la sombra de las experiencias para conectar su público objetivo. Es el caso de Corona, que ha inaugurado la denominada «Corona Island», una isla privada sita en el Caribe que a lo largo del año que viene ofrecerá a los fans de su celebérrima cerveza unas beatíficas y sostenibles vacaciones en un entorno natural absolutamente única.
Corona ha alquilado la isla, ubicada en la costa de Colombia, al gobierno del país sudamericano y la explotará comercialmente junto a un operador hotelero local durante todo el año que viene (aunque el proyecto podría alargarse previsiblemente en el tiempo).
La filial de Anheuser-Busch InBev describe la isla como «un destino único centrado en la sostenibilidad» donde los huéspedes puedes «desconectar del estrés de la vida diaria» y tomar parte en actividades de corte educacional con la mirada puesta en la vida sostenible y el consumo consciente.
En el paquete de actividades ofertado por «Corona Island» destacan talleres que promueven la reducción de los plásticos, sesiones guiadas de meditación con los sonidos naturales de la isla como telón de fondo y visitas a una granja local.
La idílica isla de Corona apuesta por un diseño eco-consciente y por un programa gastronómico que echa raíces en el entorno orgánico y natural de «Corona Island».
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Esta acción de «branded entertainment» busca subrayar el posicionamiento de la marca Corona como una «cerveza nacida en la playa» y fuertemente comprometida con el medio ambiente.
Corona está intentando asimismo que isla obtenga la certificación «Blue» de la ONG medioambiental Oceanic Global (en consonancia con los valores sostenibles propugnados por esta organización).
Para garantizar que la huella medioambiental sea mínima en la isla esta admitirá un número muy limitado de huéspedes. Quienes deseen ir de vacaciones a «Corona Island» tendrán la oportunidad de participar el martes 30 de noviembre en una subasta global que brindará al ganador y a otros nueve huéspedes la posibilidad de vivir una experiencia única en la isla caribeña de Corona. La estancia tendrá una duración de una semana y los ingresos recaudados en la subasta irán a parar íntegramente a las arcas de Oceanic Global.
Corona no es la primera marca que opera una isla privada. Disney tiene en las Bahamas una isla privada llamada Castaway Cay que hacer las veces de puerto para los barcos de Disney Cruise Line. Richard Branson tiene asimismo en propiedad una isla privada, Necker Island, que sirve de vehículo de promoción de las marcas de su emporio Virgin. Sin embargo, «Corona Island» parece ser la primera isla que ha sido bautizada específicamente con el nombre de una marca comercial.
«‘Corona Island’ no se parece a nada que hayamos visto antes», dice Felipe Ambra, vicepresidente global de Corona. «Como somos una marca profundamente conectada con la naturaleza, queremos rendir tributo al entorno que del que provienen nuestros ingredientes 100% naturales. Ahora más que nunca la gente necesita reconectar de manera segura con el mundo exterior. Queremos invitar a la gente a venir a nuestra isla y disfrutar de la fenomenal amalgama de educación y turismo responsable. Nuestra esperanza es que, cuando los huéspedes regresen a casa, puedan convertirse en mejores ciudadanos y se comprometan con la protección del medio ambiente», añade.
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