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El 46% de los directivos de las empresas confiesa que las medidas enfocadas a la sostenibilidad son implementadas por razones directamente emparentadas con el marketing.
En los tiempos que corren a las empresas de toda clase y condición se les presupone que deben ser el epítome de la sostenibilidad. Sin embargo, ¿están dispuestas realmente a cambiar sus modelos de negocio en aras de la sostenibilidad que tanto les gusta pregonar de cara a la galería? Parece que no. Así se infiere al menos de un reciente estudio llevado a cabo en Alemania por la consultora de recursos humanos Russell Reynolds.
De acuerdo con este informe, la protección del clima y del medio ambiente son buenos en términos de imagen para los directivos de las compañías, pero no tienen impacto alguno en sus modelos de negocio.
El 46% de los directivos consultados por Russell Reynolds en el marco de su investigación confiesa que las medidas enfocadas a la sostenibilidad son implementadas por razones directamente emparentadas con el marketing. El objetivo no es otro que las empresas que dirigen sean contempladas como socialmente responsables de puertas para afuera y distanciarse de sus más directos competidores apoyándose en una imagen sostenible.
En realidad solo el 15% de los ejecutivos se cuelga del brazo de la sostenibilidad con el ánimo de crear valor añadido a las compañías que lideran.
Las palabras de los directivos en materia sostenible no acaban metamorfoseándose en acciones
Apenas una cuarta parte de los directivos considera que su empresa es dueña de una estrategia de sostenibilidad comunicada e implementada con suficiente claridad. Y únicamente uno de cada tres directivos cree el CEO está de verdad comprometido personalmente con la sostenibilidad.
En este sentido, la mayor parte de los directivos continúa aproximándose a la sostenibilidad como un mero riesgo reputacional que necesita ser adecuadamente gestionado (pero de manera meramente superficial).
Tampoco a los ejecutivos más jóvenes parece quitarles el sueño la sostenibilidad. Y en los últimos tres años solo el 26% ha acometido tres o más tareas que entroncan de manera directa con la sostenibilidad.
Aunque no hacen oídos sordos a la sostenibilidad, la mayor parte de los ejecutivos hincan el diente a este asunto en particular como un tema a largo plazo que deberá echar brotes en los próximos diez años, pero no necesariamente ahora.
«Casi todos los directivos con los que tuvimos oportunidad de conversar durante la realización del estudio desean realmente contribuir a construir un mundo mejor«, subraya Max von der Planitz, consultor de Russell Reynolds. Y si bien su actitud más bien laxa en relación con la protección del medio ambiente (mediante acciones verdaderamente relevantes) parece sugerir todo lo contrario, la mayor parte de los directivos contempla como absolutamente crítica la sostenibilidad (que debe, por ende, impactar necesariamente en los modelos de negocio de las empresas). El problema es que los ejecutivos parecen dispuestos a demorar sine die la transformación real de sus modelos de negocio.
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