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2021 fue en el trabajo un año marcado fuertemente por la volatilidad, una volatilidad a la que no perderemos tampoco de vista en 2022.
A principios de 2021 muchos esperaban reencontrarse con la anhelada normalidad, que no se antojaba, al fin y al cabo, excesivamente lejana con la irrupción de las vacunas contra el coronavirus. Sin embargo, la normalidad se demoró más de lo previsto. Y cuando parecía que esta había echado por fin anclas en nuestro día a día, la variante ómicron irrumpió ruidosamente en nuestras vidas. La ausencia de normalidad (tal y como la concebíamos en la era precovid) durante el año pasado tuvo inevitablemente consecuencias en el universo laboral, que parece haber iniciado un romance sin fecha caducidad con el trabajo híbrido.
2021 fue en el plano laboral un año marcado fuertemente por la volatilidad, una volatilidad a la que no perderemos tampoco de vista en 2022. Durante los próximos doce meses el volátil universo del trabajo le bailará el agua a las tendencias que disecciona a continuación Harvard Business Review:
1. La justicia y la igualdad se convertirán en asuntos de primerísimo orden para las organizaciones
La frecuencia con la que los CEOs hablan sobre temas directamente emparentados con la justicia, la igualdad y la inclusión ha pegado una zancada del 658% desde el año 2018.
En 2022 la justicia y la igualdad pivotarán en torno a la flexibilidad laboral (a la que algunos directivos dan la bienvenida y de la que otros, en cambio, reniegan), la posibilidad de recortar el salario a quienes trabajan desde lugares con menor coste de vida, la manera de atraer nuevo talento (que es lamentablemente un bien cada vez más escaso) y el debate sobre si los trabajadores con hijos deben o no ser agasajados con determinados beneficios.
La justicia y la igualdad serán este año el perejil de todas las salsas en los entornos laborales y serán, no en vano, la prioridad número uno de los departamentos de recursos humanos.
2. Para ganar la guerra por el talento algunas empresas recortarán la jornada laboral en lugar de incrementar los salarios de su plantilla
Aunque algunas compañías pueden permitirse el lujo de luchar por el mejor talento valiéndose de jugosos salarios a modo de imán, otras muchas no tienen lamentablemente los recursos financieros necesarios para hacerlo.
Por esta razón, y a fin de atraer y retener al mejor talento, habrá empresas que opten por un enfoque radicalmente diferente que pasará por reducir la jornada laboral y mantener estables los emolumentos de sus trabajadores.
Al fin y al cabo, el tiempo libre es algo que los empleados (los que ya ganan un sueldo suficientemente generoso al menos) valoran muchísimo en los frenéticos tiempos que corren, cuando el estrés parece haberse erigido en la gran pandemia del siglo XXI (al margen del COVID-19).
3. El talento se seguirá fugando en masa de las empresas
La flexibilidad se ha convertido en un «must» en el mundo del trabajo. Razón de más para que las empresas que no brindan a sus empleados la flexibilidad que estos demandan estén abocadas a quedarse tarde o temprano compuestas y sin talento.
Así y todo, ni siquiera las compañías que apuestan por la flexibilidad estarán a salvo de la preocupante fuga de talento que está teniendo lugar en el mundo del trabajo. El trabajo en remoto afloja inevitablemente las ataduras sociales y emocionales de los empleados a su empleo (que pueden dejar con más facilidad y menos presión). Además, el trabajo híbrido y el «home office» abren un frondoso ramillete de oportunidades laborales a los empleados, cuyo radio geográfico a la hora de buscar empleo es mucho mayor.
4. Las labores de los directivos tenderán a automatizarse (al menos parcialmente) y disfrutarán así de más tiempo para levantar los cimientos de relaciones más humanas con sus empleados
La relación entre superiores y empleados se ha trocado en más importante que nunca. Al fin y al cabo, para quienes trabajan de manera remota o híbrida sus superiores directos constituyen su nexo principal con la empresa para la que prestan sus servicios.
Afortunadamente quienes ejercen labores de dirección tienen a su alcance herramientas tecnológicas cada vez más sofisticadas que alivian su carga de trabajo y les permiten concentrarse en cultivar las relaciones con sus subordinados.
Hasta el 65% de las tareas que emprenden actualmente los directos tienen el potencial de ser automatizadas en un plazo de tres años.
5. Las herramientas utilizadas para trabajar en remoto serán también las herramientas que ayuden a medir y mejorar el rendimiento del personal
En una era en la que los trabajadores están muchos más dispersos en el plano geográfico los directivos tienen a menudo a su disposición muy pocos «insights» sobre el rendimiento de las personas a su cargo.
Este déficit de «insights» será subsanado con las mismas herramientas que han venido utilizándose hasta ahora para trabajar de manera remota. Y durante las videollamadas con sus empleados los directivos podrán apoyarse en tecnología que mida, por ejemplo, las interacciones de sus subalternos en este tipo de reuniones.
6. La complejidad a la hora de abordar el trabajo híbrido llevará a algunas empresas a forzar el regreso de sus empleados a la oficina
Aunque el trabajo híbrido trae bajo el brazo un buen número de ventajas, también pesan sobre esta fórmula laboral no pocos inconvenientes.
Hay CEOs que se lamentan de que el rendimiento en términos de negocio suele ser peor en los entornos híbridos, de que hay una mayor rotación en la plantilla y de que la cultura corporativa se ve debilitada.
Por estas y otras razones algunas compañías podrían forzar a lo largo de este año el regreso de sus empleados a la oficina.
Eso sí, las empresas que impongan el regreso al 100% de su plantilla a la oficina tendrán también más problemas para atraer y retener el talento.
7. El bienestar se erigirá en la nueva métrica utilizada por las empresas para comprender satisfactoriamente a sus empleados
Durante años los ejecutivos han experimentado con diferentes métricas (como la satisfacción o el engagement) para trata de comprender adecuadamente a sus empleados. En 2022 se sumará a todas estas métricas el bienestar.
Al fin y al cabo, un creciente número de empresas está invirtiendo de manera profusa en el bienestar de su plantilla. Y tales inversiones están demostrando ser extraordinariamente útiles porque quienes se benefician de programas corporativos enfocados al bienestar disfrutan también de niveles más óptimos de salud mental y salud física.
8. El chief purpose officer ganará protagonismo en el C-Suite de las empresas
Temas como la política, la cultura y el debate social (a veces sumamente acalorado) han entrado de lleno en los entornos laborales. Las empresas, que otrora exigían a sus empleados dejar sus opiniones personales en la puerta, están ahora dando la bienvenida a tales opiniones personales para convertirse en lugares más diversos e inclusivos.
¿El problema? Que la entrada en escena de este tipo de temas en el trabajo se traduce a menudo en conflictos (tanto entre empleados como entre trabajadores y empresas si unos y otros son dueños de pareceres radicalmente distintos).
Por esta razón el cargo de chief purpose officer, cuyas responsabilidades eran hasta ahora más bien difusas, cobrará cada vez más protagonismo en 2022.
9. El sedentarismo es el nuevo tabaquismo
El viraje hacia el trabajo en remoto ha impactado de manera muy conspicua en los trabajadores. Y aunque algunos han aprovechado el cambio para hacer más ejercidio, otros muchos se han vuelto más sedentarios.
Para luchar contra el sedentarismo las empresas adoptarán programas enfocados al bienestar que animen a sus trabajadores en remoto a practicar más ejercicio físico y, por ende, a mejorar su salud.
10. La diversidad, la equidad en la inclusión tenderán a marchitarse en los entornos híbridos de trabajo
Aunque el rendimiento de quienes trabajan desde casa es idéntico al de quienes lo hacen desde la oficina, a ojos de muchos jefes los segundos son más productivos que los primeros y son por ello premiados con más ascensos.
Este sesgo plantea un importante problema de equidad y también de inclusión y diversidad, puesto las mujeres y las personas de color prefieren trabajar de manera mayoritaria en remoto.
Si las empresas no hacen nada para paliar potenciales desigualdades, sus objetivos directamente emparentados con la diversidad, la equidad y la inclusión podrían languidecer en los entornos híbridos de trabajo.
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