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Un grupo global de verificadores denuncia que YouTube es un semillero de “fake news” y que no está haciendo además todo lo que debería para extirparlas de raíz.
Al igual que otras plataformas 2.0, YouTube no es inmune en modo alguno a la desinformación, que ha conseguido propagarse como un corrosivo virus durante los últimos tiempos en sus dominios. Por esta razón un grupo global de verificadores de 40 países ha publicado este miércoles una carta conjunta en la que denuncia que la que tiene la vitola de ser la canal de vídeo más popular del mundo (tiene, no en vano, 2.300 millones de usuarios mensuales) es un semillero de «fake news» y no está haciendo además todo lo que debería para cortar las alas a los bulos que circulan impunemente en su plataforma.
Aproximadamente 80 organizaciones especializadas en «fact-checking» como Newtral, Maldita o Verificat alertan de que la desinformación campa aún más a sus anchas en YouTube desde la irrupción de la pandemia, que ha multiplicado los mensajes contra la ciencia y las vacunas en la filial de Google.
«Youtube permite que actores sin escrúpulos utilicen su plataforma como arma para manipular y explotar a otras personas, y para organizarse y recaudar fondos», denuncian los verificadores que rubrican la misiva.
Entre la larga lista de pecados que los autores de la carta tienen a bien a endilgar a YouTube figuran la difusión de las teorías (sistemáticamente rechazadas) de que hubo supuestamente fraude electoral en los comicios de noviembre de 2020 en Estados Unidos, los mensajes antivacunas, la promoción de falsas curas contra del COVID-19 o el cáncer y los discursos de odio contra minorías étnicas y sexuales en países como Brasil.
Se da además la circunstancia de que muchas de las mentiras que logran hacerse hueco en YouTube son espoleadas por el propio algoritmo de recomendación de la plataforma.
Más contextualización para rebatir los bulos y menos eliminación de contenidos
En vista del gravísimo problema de desinformación que tiene YouTube, los verificadores piden a Susan Wojcicki, directora ejecutiva de la compañía, que actúe con urgencia para «mejorar el ecosistema informativo» de la plataforma.
Si bien la matriz de Google ya ha tomado medidas contra las «fake news» (prohibir los vídeos que promueven contenidos anticientíficos o privar de ingresos publicitarios a los negacionistas del cambio climático, por ejemplo), las organizaciones de «fact-checking» advierten que muchos canales que difunden bulos siguen activos a día de hoy y lo hacen escapando a los controles de YouTube.
En este sentido, las medidas adoptadas hasta ahora por YouTube «no están funcionando» y «no se han publicado datos de calidad que respalden su eficacia», dicen los verificadores.
YouTube, dicen las organizaciones que firman la epístola, se ha limitado a eliminar contenido en lugar de proporcionar contexto con información contrastada para rebatir los bulos, un método que, según varios estudios académicos, resulta el más eficaz para poner coto a la desinformación. «Esa alternativa también preserva la libertad de expresión al tiempo que reconoce que aportar esa información adicional puede mitigar los riesgos para la vida, la salud, la seguridad y los procesos democráticos», insisten los verificadores.
La plataforma debería, por consiguiente, apostar más por la contextualización y no tanto por la mera eliminación de vídeos y enarbolar la bandera de la transparencia en lo referente a las «fake news» que circulan en sus plataformas y las medidas para frenarlas. Los grupos de «fack-checking» que firman la carta piden asimismo a YouTube que procure apoyo a la investigación independiente, que evite que su algoritmo dé alas a los bulos, que actúe contra los desinformadores reincidentes y que su lucha contra la desinformación vaya más allá de los vídeos de habla inglesa.
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