Hiscox estudia los robos digitales

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La Inteligencia Artificial ha sido clave a la hora de recuperar parte de estas obras, entre las que destaca la serie Medicina, Jurisprudencia y Filosofía, las denominadas Pinturas de la Facultad, del austriaco Gustav Klimt.

La tecnología siempre ha ofrecido nuevas herramientas de expresión a los artistas y en 2021 se ha producido la revolución artística y tecnológica de los NFT, un mercado que solo en los primeros meses de 2021 tuvo ventas por valor de 3.025 millones de euros. Su capacidad de atraer a inversores los ha convertido en un objetivo atractivo para los delincuentes, por lo que también han tenido lugar los primeros robos de este nuevo arte digital. Pero 2021 también ha sido el año en el que la tecnología ha permitido la reconstrucción de obras de arte emblemáticas de artistas como Klimt y Rembrandt. Así, por tercer año consecutivo, Hiscox recopila las obras de arte robadas y recuperadas más destacadas de 2021, año en el que la tecnología se ha convertido en protagonista de estas historias.

Los ciberdelincuentes asaltan el arte online

El 36% de las plataformas de venta de arte online encuestadas por Hiscox en su informe Online Art Trade Report 2021 considera que la mejor aportación que puede hacer la tecnología blockchain al mercado del arte es la creación de nuevos mercados, como han resultado ser los NFT, pero esto también conlleva la aparición de nuevas formas de delincuencia. En marzo de 2021 se produjo el primer robo de NFT en la plataforma Nifty Gateway, una de las páginas más importantes de comercio de este tipo de obras, que ascendió a los 150.000 euros según uno de los usuarios afectados. A partir de entonces, el volumen y el impacto de los ataques ha escalado hasta llegar a un robo de más de 100 millones de euros en tokens del mercado de NFT de videojuegos Vulcan Forged. Un usuario lanzó un ciberataque que comprometió los sistemas de seguridad de la plataforma para hacerse con las carteras de los usuarios, que perdieron las claves de acceso y, por tanto, no pudieron recuperar los fondos que tenían almacenados.

Aunque novedosos por el contenido del robo, estos ataques han seguido técnicas clásicas de ciberataques como la ingeniería social. Este fue el caso del robo denunciado por el coleccionista de NFT Jeff Nicholas, que perdió toda su cartera de archivos NFT, valorada en 400.000 euros. Hiscox afirma que los ciberatacantes se hicieron pasar por el soporte técnico de la empresa para ayudarle a solucionar un problema de derechos. Así, le convencieron para que compartiera su pantalla y escanearon el código QR que le servía como llave para su cartera digital de la plataforma OpenSea, otro de los espacios de comercio de NFT más populares.

Sin embargo, los robos de arte se siguen perpetrando en el mundo físico. En España se produjo un robo en el Hotel Miguel Ángel que se saldó con una escultura y tres cuadros sustraídos valorados en 340.000 euros, entre los que se encontraba un Sorolla. También en 2021, Inglaterra vio cómo desaparecía un objeto artístico e histórico único, el emblemático rosario que María Estuardo llevó durante su decapitación. La joya fue sustraída, junto con otras piezas de oro y plata valoradas en hasta 1.000.000 de euros, del castillo de Arundel, que acababa de abrir sus puertas tras el confinamiento.

La tecnología también ayuda a recuperar el patrimonio artístico

Sin embargo, Hiscox afirma que la tecnología también ha permitido volver a disfrutar de obras que parecían perdidas. Gracias a la inteligencia artificial se ha podido recuperar la serie Medicina, Jurisprudencia y Filosofía, las denominadas Pinturas de la Facultad, del austriaco Gustav Klimt, destruidas el día antes de que acabara la II Guerra Mundial, cuando el ejército nazi quemó el castillo austriaco en el que se encontraban para que el Ejército Rojo no confiscara el patrimonio artístico que habían espoliado durante años. De estas obras solo se conservaban fotografías en blanco y negro que, en combinación con millones de imágenes y documentos de la época, fueron usadas por los expertos de Google Arts and Culture y del Museo Belvedere de Austria para reconstruir el color original de las piezas.

Según Hiscox, este no es el único caso de obra de arte perdida en un contexto bélico que regresa gracias a la tecnología. En Japón, numerosos investigadores lograron reproducir un fresco budista destruido en 2001 por los talibanes en Afganistán. Para ello, realizaron un tratamiento digital a un centenar de fotografías del fresco original tomadas por arqueólogos antes de la destrucción. Así, crearon un modelo informático de su superficie que fue reproducido en un bloque de poliestireno por una impresora 3D y posteriormente un equipo de artistas completó la obra con los colores y materiales originales.

La inteligencia artificial también ha servido para reconstruir las partes perdidas de La ronda de noche, uno de los cuadros más famosos de Rembrandt. En 1715 el cuadro se cortó en cuatro partes para que pudiera pasar por la puerta de la sala del Ayuntamiento de Ámsterdam, donde iba a exhibirse, lo que supuso que se eliminaran algunos bordes. Sin embargo, gracias a una copia que se conservaba y la ayuda de un ambicioso estudio de fotografía en 3D, este año el Rijksmuseum de Ámsterdam expuso la obra completa por primera vez en 300 años.

En 2021 también se ha producido la recuperación de otras grandes obras de arte como el cuadro de Cabeza de Mujer de Picasso, robado hace más de nueve años, que fue encontrado por la Policía de Grecia, o las dos obras de arte del Renacimiento que fueron robadas del museo del Louvre en París en los años 80 y que volvieron a la institución parisina. La policía francesa descubrió estas piezas del siglo XVI, un casco y la parte posterior de una coraza, en manos de una familia de Burdeos cuando se gestionaba una herencia y, tras identificarlos, los devolvió a su lugar de origen.

En Estados Unidos, el multimillonario y filántropo Michael Steinhard devolvió 180 obras de arte y antigüedades valoradas en 62 millones de euros y robadas en el mundo en las últimas décadas. Esta recuperación fue fruto de una investigación de varios años al millonario, que durante décadas comerció con obras de arte sin preocuparse por la legalidad de sus orígenes. Entre otras muchas piezas, se encontraban el Rhyton de cabeza de ciervo, un recipiente ceremonial que representa una cabeza de ciervo del año 400 a.C., valorada en 3 millones de euros; y el Larnax, un cofre de Creta, Grecia, de los años 1400-1200 a.C., utilizado para guardar restos humanos y valorado en casi 900.000 euros.

«El arte siempre ha sido un objetivo atractivo para los ladrones por su alto valor, por eso no es de extrañar que en 2021 hayamos sido testigos del auge del arte digital con los NFT y, por tanto, de sus robos. Para ello los ciberdelincuentes han recurrido a las mismas técnicas de ciberataques empleadas comúnmente contra las empresas. Por eso, no podemos bajar la guardia en el entorno digital ni en el físico, donde debemos aumentar, más si cabe, las medidas de concienciación y protección para asegurar obras que más allá de su valor económico tienen un valor patrimonial incalculable», asegura Eva Peribáñez, responsable técnico del departamento de Arte y Clientes Privados de Hiscox España.

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