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La ONG canadiense White Ribbon se ha sacado de la chistera una pieza de música compuesta específicamente para ayudar a los hombres a expresar mejor sus emociones.
Allá por 1980 la banda británica The Cure cantaba aquello de «Boys Don’t Cry» plasmando a la perfección la idea (totalmente estereotipada) de que a los hombres les están vetadas las lágrimas (por ser supuestamente un síntoma de debilidad). Han pasado más de 40 años desde el lanzamiento de aquella icónica canción y sigue persistiendo la idea de los hombres no lloran. Por esta razón White Ribbon, una ONG que lucha contra la violencia de género y la masculinidad tóxica, se ha sacado de la chistera una pieza de música compuesta específicamente para ayudar a los hombres a expresar mejor sus emociones.
La partitura, bautizada con el nombre de «Uncomposed», ha sido desarrollada por el productor Jared Kuemper en colaboración con Johannes Debus, director de música de la Canadian Opera Company, y varios científicos cognitivos.
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Esta composición musical tan especial fue tocada en directo por un quinteto en el Four Seasons Centre for the Performing Arts de Toronto. Y un vídeo documenta las experiencias de cuatro hombres de orígenes diferentes al escuchar por primera vez la partitura, que consiguió realmente hacer emerger a la superficie sus emociones.
Antes de embarcarse en esta campaña, que rubrica la agencia Bensimon Byrne, White Ribbon llevó a cabo un estudio que puso de relieve que el 76% de los hombres asegura que la música les ayuda a liberar las emociones sepultadas en su interior.
«Nuestro objetivo es dar fuelle a una cambio en la sociedad que promueva la educación emocional y formas más saludables de masculinidad», explica Humberto Carolo, director ejecutivo de White Ribbon. «Durante demasiado tiempo la sociedad ha enseñado a los hombres a ser fuertes reprimiendo sus emociones. Y ha teñido de heroicidad esta forma de masculinidad. ‘Uncomposed’ quiere prender la mecha de conversaciones y animar a los hombres y los niños a expresar un amplio rango de emociones. Podemos ayudar a poner coto a la violencia de género normalizando y promoviendo la educación emocional y una masculinidad más saludable entre los hombres y los niños y enfatizando que la fortaleza es en realidad la habilidad de mostrarse vulnerable», añade.
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